Un infarto de miocardio puede producirse en cualquier momento, pero cuando sucede durante la jornada o en conexión directa con el empleo, se abre la posibilidad de que sea considerado un accidente de trabajo. Esto implica, sobre todo, la necesidad de demostrar que las condiciones laborales fueron determinantes o, al menos, contribuyeron a desencadenar la crisis cardíaca.
Cuando un trabajador sufre un infarto “en tiempo y lugar de trabajo”, suele aplicarse la llamada presunción de laboralidad. Dicho de otro modo, se presume que la afección está vinculada con la actividad profesional, salvo que la empresa o la mutua prueben lo contrario. ¿Por qué es tan importante? Porque, más allá de lo médico, delimita la responsabilidad de cada parte y facilita el camino para demostrar que los altos niveles de estrés o la excesiva carga laboral pudieron ser el factor desencadenante.
Cómo la ley española aborda el concepto de accidente de trabajo en casos de infarto
La legislación laboral en España define el accidente de trabajo como cualquier lesión corporal sufrida con ocasión o por consecuencia del trabajo. Esto incluye patologías internas, como un infarto, siempre que exista un nexo causal con la actividad profesional.
- Accidente in itinere: Si el infarto ocurre yendo o volviendo del lugar de trabajo, también se puede invocar la presunción de laboralidad, en la medida en que el desplazamiento forme parte de las obligaciones del empleado.
- Presunción legal: Cuando el episodio ocurre durante la jornada laboral, corresponde a la empresa o mutua demostrar que los factores son puramente personales, sin relación con el entorno de trabajo.
Demostrar que un infarto surgió por las condiciones de la empresa no siempre es sencillo. Sin embargo, existen aspectos clave que pueden inclinar la balanza:
- Estrés crónico y ritmo de trabajo exigente
- Sobrecarga de tareas o turnos prolongados sin descanso adecuado
- Exposición a agentes nocivos o ambientes extremos
- Antecedentes de reclamaciones previas sobre la salud laboral
A continuación, se presenta una tabla con ejemplos de pruebas fundamentales para vincular el infarto a la actividad laboral:
Tipo de Prueba | Ejemplo Concreto |
---|---|
Informes médicos o periciales | Diagnóstico del infarto y su posible relación con estrés crónico |
Testimonios de compañeros | Declaraciones sobre la sobrecarga de trabajo o el ambiente laboral |
Documentación interna | Correos electrónicos o partes de incidencias |
Evaluación de riesgos laborales | Informes previos que reflejen carencias de prevención |
Es importante contar con la mayor cantidad de documentación posible para reforzar la causa laboral del infarto.
Recomendaciones para recopilar evidencias médicas y testimoniales concluyentes
En primer lugar, se aconseja recopilar toda la información médica relacionada con el episodio, desde el diagnóstico de urgencias hasta los posibles informes periciales que apunten a un factor laboral determinante. Por otro lado, resulta útil guardar correos o mensajes que demuestren cargas de trabajo excesivas.
Además, es fundamental contar con testigos que confirmen condiciones de estrés extremo, turnos prolongados o ambientes nocivos. Si existieron quejas previas por exceso de horas, presión constante o riesgos sin supervisión, estas pruebas pueden ser la llave para convencer a la mutua o a la empresa de la relación directa con el infarto. Aquí tienes una lista rápida de pasos para iniciar la recopilación de evidencias:
- Pedir informes al servicio de prevención de la empresa.
- Solicitar copias de las evaluaciones de riesgos laborales.
- Reunir testimonios de colegas o supervisores.
- Anexar cualquier historial de reclamaciones o quejas presentadas.
Demostrar que un infarto es un accidente de trabajo requiere diligencia, documentación sólida y, sobre todo, la capacidad de probar que el entorno laboral fue determinante en su aparición. Permanece informado sobre otros temas relacionados con trámites y gestiones, visitando periódicamente nuestro portal web de información de Andalucía.